lunes, 26 de marzo de 2012

El Cambio.

Dicen que corren malos tiempos, que tendremos que hacer esfuerzos y que podemos sacar a delante el país si nos esforzamos y hacemos sacrificios. Hablan de paciencia, obligaciones, culpa… ¿culpa de quien? –del pueblo claro-.  Y se aceptan reformas antihumanas, tragamos, alguno protesta y le detienen. -¿Qué sucede?- se preguntan. –deberían de estar alienados mirando a la televisión sumisos e inofensivos-.

Alguien se atreve a alzar la voz y se habla de huelga, de lucha, de cambio… y como suele suceder, a veces y solo a veces a ese alguien se le escucha. Se suma la gente (a pensar), las calles se agitan, se oyen murmullos de aquí y de allá, uno dice que deberíamos de tomar los palacios y quemar las coronas, otra trata de convencer a la gente para que le ayuden a quemar algún banco que otro… se huele el humo.

Los gobiernos miran con recelo los sucesos, manifestaciones que iban a ser insignificantes se convierten en revueltas, ya no son cuatro jóvenes, ahora los ancianos arremeten contra el poder, alzan sus voces, mientras su prótesis dental amenaza con saltar al suelo. Una explosión en el parlamento, menos mal que no había nadie dentro… -¿No?- otra manifestación y otra… Otra.

-ESTADO DE EXCEPCIÓN.-

Tanquetas patrullan las calles sin cesar, parece ser que en esta “DEMOCRACIA” no se puede protestar mas allá de ciertos límites, no vaya a ser que de verdad consigamos un verdadero cambio. Las manifestaciones se prohíben, se detiene indiscriminadamente y en los medios de comunicación dicen… dicen… nada.

Pero la gente ya está harta, se pierde el miedo a ser detenido, golpeado, humillado, vejado… porque es lo único que queda por perder. Recuperan el orgullo, la conciencia y se redescubre la solidaridad, ya no hay vuelta atrás. El fuego ilumina las calles, las sirenas llenan las ciudades, un disparo. Ha aparecido una niña muerta que jugaba con su perrito. Rabia.

Un hombre sale de casa entra en la carretera y camina, camina, camina. Poco a poco se le une más gente, las calles se inundan de personas. Nadie dice nada. Caminan.

La policía les corta el paso pero éstos avanzan, pelotazos y gas lacrimógeno. Nadie retrocede. Más muertos.

-SIN ESTADO-.

La gente se agrupa en comités, se organiza y pasan los días. Los pueblos abastecen con comida del campo las ciudades y las ciudades proporcionan herramientas a los pueblos, ya no hay grandes establecimientos, no hay electricidad, las calles huelen a ceniza. Se reconstruyen las casas se reparte lo poco que hay y se cultivan las tierras liberadas. Se montan invernaderos, todo marcha.

-Destruir lo establecido para construir el futuro es esencial-.

-LA ELECCIÓN ES NUESTRA-. 

Distopía 

1 comentario: